Sentada en el borde de aquella azotea, la muerte se mantenía libre, era todo tan perfecto, aunque no fuese capaz de continuar... Ni siquiera para eso era valiente, ni siquiera. Cuántas veces has pensado en ese coche a 100 km y si giro 160º y dejo de cumplir la ley, a lo mejor así cambia… Seguir leyendo De tu mano en esa azotea
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